En 2017, el propietario de la empresa se acercó al mundo de las abejas como aficionado. En 2020, la actividad se profesionalizó, sin importar las conocidas dificultades de los apicultores en los últimos años. El mundo de las abejas ejerce una fascinación que a menudo va más allá de los intereses económicos. Por eso se creó Apicoltura Baldin con el objetivo de salvaguardar el mundo de las abejas y los insectos polinizadores. Los colmenares están situados en posiciones estratégicas, lejos de cualquier fuente de contaminación y de los cultivos intensivos, que comprometerían la calidad de la miel. Gracias a esta característica, podemos ofrecer a nuestros clientes productos genuinos, sin metales pesados ni residuos de pesticidas, que son perjudiciales tanto para los seres humanos como para las abejas. Practicamos una apicultura sedentaria, realizando pequeños desplazamientos sólo cuando es necesario e intentando mantener los colmenares lo más espaciados posible. Producimos cinco tipos diferentes de miel: de acacia, de castaño, de castaño y tilo, de flores silvestres y de flores silvestres de montaña.