Me inicié en la apicultura en 2016 acogiendo el colmenar de un amigo en mi terreno. Casi por diversión quise probar a cuidar un par de familias de abejas y a partir de ahí comenzó una pasión fulgurante que cambió mi vida. Asistí a cursos de apicultura y aprendí sobre el terreno ayudando a algunos compañeros, y en 2019 abrí mi propia empresa, dejando mi anterior trabajo y dedicándome por completo a las abejas. Mi empresa se encuentra en la provincia de Asti, y se dedica a la producción de miel practicando el nomadismo. Los colmenares básicos se encuentran en Monferrato, donde producen miel de acacia, miel de flores mixtas y, ocasionalmente, también algunas esencias más raras como la de cereza y la de zarza, y luego se trasladan a Val Germanasca o Val Pellice (según el año) para la producción de miel de tilo y castaño. Año tras año, mi respeto por la naturaleza y sus ritmos, y mi conciencia del papel de las abejas en el ecosistema, me han llevado a adoptar un enfoque ético con un impacto mínimo en las colmenas, acercando la gestión convencional a prácticas más afines al método ecológico. La escrupulosidad y la atención dedicadas cada día al cuidado de las colmenas y a la elección de los mejores pastos se reflejan en la calidad y la autenticidad de la miel que produzco.